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Rocío G. Brey

historia visual

Historia visual

Historia visual MI HISTORIA VISUAL

“Quizá no podemos saber qué sería de un mundo sin imágenes pero tampoco podemos siquiera empezar a describir en palabras lo que es un mundo inundado de imágenes como el que vivimos en la actualidad”. (Guillermo García)

La primera idea que me sugiere el ejercicio es la de caos y confusión. Arte como libertad (de hecho es también lenguaje y libertad de expresión) es una gran palabra: pintura, escultura, fotografía, arquitectura, cine, teatro.... Las tendencias en arte a través del tiempo y en diferentes lugares, como lo entendieron las distintas civilizaciones y culturas, como lo entienden los pueblos y como lo entiende cada uno.

La primera pregunta al abordar mi historia visual relacionada con la educación artística y con el arte es como el titulo del libro: ¿Pero qué es el arte?. Muchas veces una no está segura de, que lo que está viendo en un museo o en cualquier otro lugar, es arte, salvo porque otros que entienden más así lo certifican. Entonces y porque se sabe ignorante, decides no ponerle etiquetas a las obras que ves y te dedicas a tratar de disfrutar sólo lo que te gusta, lo que te provoca o inquieta.

A veces te gusta una obra porque la has visto tantas veces en otros medios, que es como una cara conocida, que te alegra ver personalmente, o por el gusto de poder ser en ese instante el que está cerca del “famoso”,en este caso de su obra, como hacen los fans de tal o cual personaje . Otras asumiendo el complejo que se tiene, de “yo no entiendo mucho”, te fías de la fama reconocida del artista.

Con lo que he dicho se infiere que no poseo una educación artística sólida, sino que la considero bastante pobre y aburrida. Intentaré hacer memoria de ciertas anécdotas que creo que han influido en mi visión de la educación artística y del arte.

No recuerdo ninguna clase de educación artística, antes era de “dibujo” hasta 7º de EGB y los trabajos que conservo son de dibujo técnico. Me costaba mucho hacerlos, todo estaba medido previamente por la profesora, y te limitabas a seguir las instrucciones. Aunque con ellos me pasaba como con las matemáticas, no le encontraba el sentido a lo que hacía.

En BUP recuerdo al profesor diciendo: “punto situado paralelo al plano horizontal, y no sé que más al otro plano”, aceleraba cuando se enfadaba y entonces los puntos y los planos volaban en el encerado, pues los borraba antes de que tuvieras tiempo a copiar. Luego había que pasarlos a grafo con mucho pulso que no quedase más tinta al principio o al final de la línea.

Todavía más pequeña, cuando dibujaba para entretenerme siempre me salían las mismas muñecas y las mismas casas y los mismos árboles. Tenía ideas, creo que bastantes, pero no sabía plasmarlas.
Era insegura a la hora de crear algo, aunque me consideraba buena estudiante, porque era aplicada y tenía buena memoria, es decir buena en reproducir, mala en producir. Desafortunadamente sigo más o menos igual.

En casa tampoco hubo un especial interés en que desarrollase alguna actividad artística, cuando tuve algún pequeño impulso o interés, por ejemplo, cuando pedí asistir a clases de guitarra. La frase fue , tú céntrate en las asignaturas importantes, ya tendrás tiempo más adelante. La verdad es que no insistí demasiado y así lo asumí. Durante mucho tiempo pensé que la educación artística era para los que tenían más tiempo y medios. Como una especie de capricho para los que tenían esa posibilidad, o bien tenían un talento innato ya demostrado del que iban a sacar en el futuro cierto provecho a nivel profesional.

Así estaban las cosas, había carreras serias y rentables social y económicamente y otras “aficiones” para el tiempo libre.

El ambiente general en aquellos años no era pues demasiado propicio ni estimulante para conseguir una formación artística, tanto en la escuela como en la familia.

A pesar de que me reconocía negada para el dibujo, la magia que para mi tenían los dibujos animados, sus movimientos, las expresiones de sus caras, me empujaron a querer aprender, estaba segura de que había una técnica que podría aprender. Y lo intenté sin éxito durante un verano, con un libro de Walt Disney, yo tendría 6 o 7 años, trataba de como dibujar los personajes, en concreto era Goofy. Sabía que los dibujantes dibujaban viñeta a viñeta y que para conseguir un simple movimiento hacían cientos de dibujos manualmente. Hace no mucho que la empresa Walt Disney cambió la manera de trabajar y creo que muchos dibujantes se fueron al paro. En fin, yo había tenido la ilusión de ser uno de ellos.

También me viene a la memoria otro libro, también en verano, en el que tenías que inventar o copiar figuras pegando palillos planos. Me pasé mucho tiempo con aquel libro, me gustaban las figuras que iba consiguiendo. Aunque el olor del pegamento “supergen”, me dejaba un poco mareada al final y las manos hechas trizas.

Siguiendo con el cómic me siguen gustando y ahora me quedo con Maitena, por la expresividad de las caras de las mujeres y las historias con las que me siento identificada. Y por supuesto Mafalda

La inevitable y “buena” publicidad también podría considerarla como arte de nuestro tiempo, en pocos segundos o en una sola fotografía son capaces de transmitir un mensaje completo que afecta a millones de personas, y convencerlas.

En cuanto al arte más convencional que se visita en museos o en salas de exposiciones, procuro hacerlo en vacaciones, sobre todo cuando viajo, con la ventaja (es mi punto de vista) entonces de la asociación: arte, relax, disfrute del tiempo libre. Sé que con esta asociación rebajo el arte a un plano de entretenimiento o desahogo.
Pero la considero una manera de aproximación inicial no comprometida con el verdadero significado del arte, pero que puede dar paso a veces a un descubrimiento y a una profundización posterior.

De alguna manera percibir que los sentidos se enriquecen, que se sorprenden, es algo agradable y que aunque no llegue a ser una entendida en arte, si tengo la suerte de sentirme bien o mal con él, hasta ahora, para mí como ajena a este mundo , era suficiente. Trabajar la capacidad de asombro ante la obra de otros, como decía Hilda, mi profesora de literatura.

Creo que ahora estoy empezando a comprender y a apreciar un poco más del arte contemporáneo, el arte abstracto, entendiéndolo como la facultad intelectual de separar de la realidad, múltiple y compleja, un carácter, una noción que esta realidad nunca nos ofrece por separado . El simbolismo y significado de las líneas, las formas, los colores....

He leído el libro “Pero que es el arte”, que explica distintas teorías acerca del mismo, el arte y la sangre, el arte provocador e irreverente e impactante. Sin embargo sin esas explicaciones, creo que no acertaría a calificarlas como arte. Por lo que infiero que la consideración de una obra como arte no está en lo que se ve sino en lo que se sabe. Se plantea entonces el arte pues como forma de conocimiento. Sin embargo y contradictoriamente acepto fácilmente como obra de arte Saturno devorando a sus hijos de Goya, o el buey desollado de Rembrandt.

Sinceramente la primera asociación que he hecho al hablar de arte en educación visual fue con la pintura, haciéndola protagonista total de las imágenes buscadas. Aunque para mi la arquitectura, el cine, el teatro, también son arte y me han proporcionado imágenes y sensaciones visuales, sobre todo el cine, al que tengo la costumbre de asistir todas las semanas desde hace muchos años. Calculo que he visto entonces millares de películas, muchas más que cuadros, por tanto mi historia visual sería más cinematográfica que de otro tipo. Algunas películas incluso son como mirar una obra de arte, por su fotografía sumamente cuidada y llena de símbolos. De hecho hay directores, como Peter Greenaway que estudiaron pintura, y lo reflejan en sus películas.

Entre las imágenes que he buscado en Internet, me he centrado sobre todo en las que he visto en algunos libros de texto que conservo en casa y algún libro de arte que caía entre mis manos. Otras he tenido la suerte de verlas (no me atrevería a decir mirarlas, observarlas como sería debido) en museos y galerías como la National Gallery, la Tate Gallery, el British Museum, Museo D’Orsay, Centro Pompidou, la Galería de los Uffici, el Thysenn-Bornemisza, el Guggenheim de Bilbao, el Reina Sofía el Centro Galego de Arte Contemporánea...., en fin que por ver, creo que he “visto”, a lo mejor sin enterarme demasiado . Sin embargo, las incluyo porque han permanecido en mi memoria visual, a pesar de que esas visitas a museos fuesen en muchas ocasiones maratonianas y atropelladas, estilo turista que todo lo quiere ver y consumir y acaba empachándose sin digerir.

Ilustraban mis libros de texto de historia, las pinturas del paleolítico de las cuevas de altamira, también alguna pintura de Goya por ejemplo las de la familia de Carlos IV, los fusilamientos del 3 de mayo , la Libertad guiando al pueblo de Delacroix para tratar el tema de la Revolución de 1830 en Francia, pinturas de Luis David cuando Napoleón se corona como Emperador. En fin, no recuerdo que cuando estudiábamos , ningún profesor se parase a comentar las imágenes de los cuadros que “acompañaban” a tal guerra, cambio de régimen, revolución, o entronamiento. Sólo al final del libro al que nunca se llegaba encontrabas por ejemplo o las Señoritas de Aviñón (1907) el Guernica (1937).

La Inmaculada Concepción de Murillo la incluyo pues era el cuadro que había en el fondo de la clase de 1º y el mes de mayo era el mes de María por lo que le poníamos flores a la Virgen... , al frente estaba la foto de Franco.

El entierro del Conde Orgaz de El Greco, la asocio con los libros de literatura, siempre destacaban el alargamiento de las figuras como signo de espiritualidad.

La vasija representando a Poseidón era típica en los libros de latín (allí en blanco y negro).

Pongo estos ejemplos para resaltar que solían estar las imágenes que se nos ofrecían ligadas a acontecimientos históricos donde los protagonistas eran Reyes, Príncipes, Emperadores, nobles y la Iglesia. Eso creo que fue lo que en mi caso podría haber distanciado un posterior interés por el arte, por identificarlo con algo sumamente aburrido y que trataban temas poco cercanos a nuestra vida. Tampoco eran tema central sino que sólo acompañaban el tema histórico o literario como ya dije. Era una pena porque, normalmente cuando comprábamos los libros lo primero era ver si tenía imágenes e ilustraciones, o si tenían mucha letra. Las imágenes no se aprovechaban ni tan siquiera para recordar el texto y a medida que avanzaban los cursos disminuían aquellas.

Bueno, el resto de las imágenes las he visto como dije en visitas a museos, o en libros de casa. Incluyo imágenes de Picasso, Monet, Manet, Van Gogh, Cezanne, Derain, Seurat, porque las he podido contemplar personalmente

No es que valore más un artista que otro, pero en cuanto a gustos van variando, según voy conociendo otros artistas o viviendo determinadas etapas.

Me gustó mucho en su momento, creo que en los 80, Keith Haring, por el colorido de las figuras simples, con movimiento, mensaje fácil, espontaneidad.

Antonio López por su minuciosidad, por el intento que se mostraba de captar la luz, el cuadro que se hace imposible porque la luz, la realidad siempre es cambiante. Me impactó ver como trabajaba en el sol del membrillo y sus paisajes urbanos de Madrid, La Gran Vía, el lavabo. Sus esculturas en el Reina Sofía. Reconozco que el que sea un pintor realista hace más fácil la comprensión de su obra.

Últimamente y quizá por mi gusto cinematográfico, como dije, me atrae de manera especial la pintura de Edward Hopper, sus figuras solitarias, desesperanzadas, contemplativas, anónimas, lugares vacíos, la incomunicación y la desolación de la gran ciudad. Me gustan como utiliza el color, su sobriedad. También me doy cuenta que ayuda de que es otro pintor realista, cuyo lenguaje es más accesible para mi.

Tambíen David Hockney es un pintor, representante del Pop- Art, que me atrae, porque a través de sus pinturas y collages fotográficos, se da una visión de la sociedad contemporánea, del consumismo, con cierta combinación de humor, crítica e ironía. Dibuja con maestría la figura humana, y lo considero muy versátil, emplea pintura, recursos multimedia y fotografía... Los protagonistas de sus trabajos aparecen situados objetos cotidianos pero siendo capaz de perfeccionar lo ordinario, incluso cuando pinta, sofás, vasos de flores o paraguas.